La interpretación de los sueños de Freud: un clásico psicoanalítico
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El soñante tenía que conseguir la interpenetración recíproca de los contenidos conscientes e inconscientes. Jung no encontraba ni mucho menos que, descubriéndose el sentido del sueño, se garantizara su adecuada incorporación a la consciencia. Los sueños no compensatorios pueden clasificarse en anticipatorios, traumáticos, extrasensoriales y proféticos. En los "grandes sueños" de este tipo se producían compensaciones que buscaban conseguir una mejor adaptación del soñante a los cambios físicos, a las tendencias hacia la autorrealización o al espíritu de la época. También diferenció la función prospectiva de los sueños de su función compensatoria, entendiendo la primera como una anticipación de futuras acciones conscientes, considerando injustificado denominarla profética. En definitiva, se convencía gradualmente de que uno de los valores fundamentales del fenómeno onírico residía en inducir a una orientación consciente, una invitación a reflexionar y a enfrentarse con los contenidos inconscientes.
La interpretación en psicoanálisis
En este contexto, el aporte freudiano consiste en poner el acento en que ese simbolismo tiene relación con la persona humana, con su propia vida anímica y, más precisamente, con el sistema inconsciente que es parte integrante del aparato psíquico de un sujeto particular, cuyo deseo se manifiesta en el sueño, en tanto este es un producto del inconsciente.cita requerida Freya es ampliamente conocida como la diosa del amor en la mitología nórdica. Según Freud, los sueños tienen un significado oculto solo si se relacionan con deseos y emociones reprimidos en el inconsciente. Concebidos los sueños como una trama de relaciones simbólicas alrededor de un núcleo de significado, se daba también su sentido mediante la relación de este núcleo con las estructuras de significado supraordenadas en la psique, en la escala superior de la totalidad.
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Freud reconoce la principal operación de la elaboración onírica en tal instalación de un cumplimiento de deseo en el preciso punto en el que se eleva al yo un requerimiento de una u otra clase. Sin embargo, el yo, afincado en su responsabilidad de obrar como el guardián del dormir, no puede menos que percibir tales exigencias como perturbaciones contrarias a su propósito y entonces se propone suprimirlas “mediante un acto de aparente condescendencia, contraponiendo a la demanda, para cancelarla, un cumplimiento de deseo que es inofensivo bajo esas circunstancias”. En primer lugar, los recuerdos que encuentran figuración en el sueño son harto más vastos que aquellos a los que el individuo puede reproducir cuando está despierto. Tales asociaciones permitirían recuperar los eslabones faltantes para que, partiendo del contenido manifiesto, pueda colegirse el latente. Las reglas que gobiernan la lógica no operarían en lo inconsciente, que queda definido como “el reino de la alógica”. La primera se discierne en la propensión a reunir en singulares aglomeraciones elementos heterogéneos que la actividad mental preconsciente de la vigilia se habría mostrado resuelta a no poner en conexión.
La interpretación de los sueños: resumen de freud
- Freya, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad en la mitología nórdica, es una figura compleja y fascinante que ha dejado una profunda huella en la historia y la cultura.
- En tercer lugar, las imágenes oníricas con frecuencia sacan a la luz impresiones infantiles de las que sería impreciso decir que han sucumbido a un olvido ordinario y que en realidad deben su carácter inconsciente a represiones consumadas sobre ellas, lo que explica que la interpretación de los sueños preste tan buenos servicios a la reconstrucción de los años primordiales de la infancia de un soñante, tarea que se acomete en el trabajo terapéutico con las neurosis.
- Así como la interpretación de los sueños representa una herramienta técnica esencial que posibilita el acceso a los contenidos inconscientes, el olvido de los sueños sería una forma de resistencia del analizando contra la develación de su inconsciente frente al analista, en particular, la exposición de su vida pulsional y las mociones de deseo.
- Si para Freud el sentido de los sueños era equivalente al conocimiento de sus causas, Jung veía en el sentido un valor de significado resultante de la relación del sueño con el conjunto.
En psicoanálisis lo esencial del sueño es, en cambio, el mencionado trabajo del sueño, es decir, aquel conjunto de mecanismos y operaciones que el aparato psíquico realiza para traducir los pensamientos oníricos latentes en simbolización onírica manifiesta. Sin embargo, Freud es enfático al señalar que en la cura psicoanalítica en ningún caso se trata de encontrar un inconsciente oculto en profundidades insondables. Entre ellas, la que ha alcanzado mayor notoriedad es la proveniente desde la corriente epistemológica falsacionista encabezada por Karl Popper, quien en sus intentos de deslinde entre ciencia y no-ciencia señaló como criterio último de demarcación la posibilidad que una teoría ofrece para poder ser refutada. Solo arrojarían luz, en cambio, los estados de conflicto, en los que el material inconsciente perteneciente al ello amenazara con irrumpir en la conciencia y el yo debiese defenderse frente a tal asalto. Además de estos escritos existieron en gran número otros menores que compendiaban fórmulas aplicadas por el intérprete en correspondencia a las características del sueño del consultante.
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Jung fue el primero en establecer en la psicología empírica la hipótesis de que los sueños tienen una relación compensatoria con la situación de la conciencia que se dé en cada caso en el soñante. Tuvo que recorrer un largo camino hasta descubrir la compensación como tendencia general de la psique inconsciente. Aun cuando Jung aceptara cierta función biológica en tales fenómenos, en el sentido de que la función esencial de los sueños es mantenernos dormidos y que la inducción al despertar hablara del carácter perturbador del sueño o de su aspecto perjudicial para la vida, le resultó mucho más interesante una función psicológica. Y es que no era la instancia censora la responsable de la falta de transparencia del contenido de los sueños, sino el propio fondo anímico, debido a la mutua y universal contaminación de todos los contenidos inconscientes. De entre todos los sucesores de Freud, Jung fue el que se ocupó más a fondo de la "interpretación de los sueños". Hasta la ruptura definitiva con Freud en 1913, Jung siguió durante mucho tiempo bajo la fascinación de las ideas freudianas, echándose de menos una auténtica toma de postura.
Así, un sueño puede ser «leído» como un anillo siempre juntas madre e hija jeroglífico, donde cada elemento del contenido manifiesto está en una relación simbólica con una idea latente que es inconsciente. En los “sueños desde el ello”, la elaboración onírica trata a los contenidos preconscientes en los que se expresan las mociones pulsionales del ello como si de hecho pertenecieran a tal instancia, mientras que, en los “sueños desde el yo”, el material preconsciente, que adquiere mayor intensidad a partir de la que le ceden las aspiraciones pulsionales inaccesibles a la conciencia, es relegado al estatuto de lo inconsciente. Freud estima en mucho la contribución de los sueños al psicoanálisis porque los contenidos que del ello que se cuelan en el yo arrastran tras sí las modalidades de trabajo de lo inconsciente. En tercer lugar, las imágenes oníricas con frecuencia sacan a la luz impresiones infantiles de las que sería impreciso decir que han sucumbido a un olvido ordinario y que en realidad deben su carácter inconsciente a represiones consumadas sobre ellas, lo que explica que la interpretación de los sueños preste tan buenos servicios a la reconstrucción de los años primordiales de la infancia de un soñante, tarea que se acomete en el trabajo terapéutico con las neurosis. Hay otro aspecto que diferencia de manera clara la interpretación psicoanalítica de otras formas de dar significado a los símbolos de un sueño. Los contenidos inconscientes que pugnarían por adquirir la propiedad de preconsciente y situarse al alcance del yo solo lo conseguirían a costa de una desfiguración onírica. Los sueños comparten junto a los lapsus, los olvidos inexplicables, los chistes, los actos fallidos, su procedencia desde el mismo lugar tópico.
En la Ilíada, Aquiles se cuestiona la actitud del dios Apolo, para lo cual consulta a un intérprete de sueños (oneiropólos), mencionándose a su vez a Euridamante, viejo practicante de dicho arte. Las fuentes antiguas confirman un conocimiento muy difundido a nivel popular, juzgándose el sueño como el vehículo idóneo para la expresión de la voluntad divina, realizándose a su vez la interpretación de las visiones portadoras de un mensaje alegórico, creencias muy arraigadas que perdurarán durante siglos hasta la etapa bizantina. No sabéis lo hermosa que es Anna, su piel pálida y suave, sus ojos azules como el mar y un precioso y voluminoso pelo de color cobrizo; la han convertido, junto con su brillante personalidad, en la envidia y deseo de muchos habitantes de la ciudad y más allá. —Primero, jamás podrías vengarte porque eres siempre la última en despertarse, te encanta dormir y no malgastarías una hora de tu preciado sueño en madrugar y despertarme. Es hora de olvidar todo, o al menos intentarlo. Debía admitir que me sentía algo extraña, como si aún estuviese conectada a ese sueño.
La interpretación de los sueños es el arte y la técnica de asignar significado a los diversos componentes, elementos e imágenes que aparecen en los sueños. En última instancia, la historia de Freya nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana, nuestras pasiones y deseos, y el poder que tienen la belleza y el amor para transformar y definir nuestras vidas. Los símbolos y atributos de Freya reflejan la complejidad y el alcance de sus dominios en la mitología nórdica, y son fundamentales para comprender su papel e influencia en la antigua Escandinavia. En la mitología nórdica, se la describe como una mujer de extraordinaria belleza y encanto. La leyenda de Freya y las valquirias resalta su conexión con la guerra y la muerte, así como su posición como una diosa poderosa y respetada en la mitología nórdica. La relación de Freya con los Vanir y los Æsir es un testimonio de la riqueza y la complejidad de la mitología nórdica, y su importancia en la cultura y la religión escandinavas.
Él se ha puesto muy nervioso ya, aunque tiene mucha ilusión de tener un hijo, sabe que la vida de Gema está en peligro. Pere Solà Gimferrer de La Vanguardia dijo que los resultados de audiencia de la serie son "comprensibles al ver estos capítulos iniciales" y que "se mueve con simpatía por estos lugares comunes y tramas reconocibles de época", además de escribir que "sale victoriosa donde La Moderna … fracasó en su carta de presentación", concluyendo que el gran desafío de la serie de cara al futuro "será dotar de personalidad una historia en una televisión de tardes donde la época se ha vuelto lo predecible". Juan Arcones de El Televisero dijo que la serie "puede llegar a ser una buena sustituta de Amar", apreciando que el guion "prefiere cocinar el romance a fuego lento, consciente de que una historia así funciona si se convierte en largo recorrido" y que "sabe anticipar el drama" y diciendo de su apartado visual que "hay buen presupuesto o, al menos, se gasta bien", aunque también dijo que el primer capítulo "resulta aburrido hasta sus últimos compases" y criticó la actuación de Alain Hernández como "su tendencia … a sobreactuar", concluyendo que "solo le queda buscar su propia voz, desmarcarse de otras series de época y conseguir asentar a sus personajes". Sin embargo, su matrimonio ha resultado ser una relación tóxica de la que quiere escapar en busca de un porvenir optimista y esperanzador para ambas en el que puedan recuperar la libertad. El 11 de noviembre de 2023 se conoció el reparto principal de la serie al completo, compuesto por Natalia Sánchez, Alain Hernández, Daniel Tatay, Nancho Novo, Ana Fernández, Roser Tapias, Marta Belmonte, Javier Beltrán, Agnès Llobet, Daniel Albaladejo, Juan Gea, Alba Brunet, Guillermo Barrientos, Carolina Lapausa, Alejandra Meco, Antonio Romero, Isabel Moreno, José Milán, Pablo Béjar, Candela Cruz y Amanda Cárdenas.Ese mismo día comenzó el rodaje de la serie, el cual se desarrolla en varias localizaciones de Toledo, Madrid o Segovia para las escenas en exteriores, mientras que las escenas en interiores se graban en los estudios de Diagonal en Boadilla del Monte.